miércoles, 11 de noviembre de 2015


H . A . L . I . T . A


Quién iba a creer que después de todos estos años
Lo que sabía a pulpa de frutas frescas,
Se convertiría en una piedra blanca.
Una piedra brillante, pero engañosa;
Con filo y transparencia.
[Agresiva y ligera cuando de caídas se habla]

Una piedra, una roca, casi una gema preciosa,
Es engañoso el reclamo que hace palpitar el musculo que bombea la sangre de mi cuerpo.
Es engañoso, porque no hay emoción palpable o física,
Mi sistema corporal es perfecto y coacciona con cada
Paso que doy, o que no doy.
Es engañoso, porque lo que antes era dulce,
Ahora es salado.

¿Cómo es posible, probar la amargura desde un vaso de jugo?
Tú eres la respuesta.
Incluso antes de conocerte, la fuiste.
Hoy eres la respuesta y siempre la serás.
La respuesta es la forma más retorcida de formalizar mis dudas,
Porque si no fueses tú, ni yo...
no habría razón ni mucho menos una opción.

Te disolví en este jugo obscuro,
Te transformé en mi dulce amargura y concreté esta locura.
Me secaste el alma y te vomité en palabras.
Jamás quiero volver a tenerte en mis entrañas.
Ni enorgullecerme de tus mañas.


Porque es mejor soñar con arañas,
Que vivir con la infamia honorifica de tus mentiras.





Tus mentiras saladas con nombre y apellido, con trayectoria y licencia, con vivienda y destino, con barba y gafas, eso es todo lo que digo.


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Acepto el compromiso de: Vaciarme. Esperar desde cero. Que jamás vuelva a ser el mismo de antes. Antes de ti.